sábado, junio 30, 2007

¿Sólo una metafora?...

Cierta vez se corrió la voz de que el diablo se retiraba de los negocios y que vendía sus herramientas al mejor postor.
En la noche de la venta estaban todas las herramientas dispuestas en forma que llamaran la atención y por cierto que era un lote siniestro: Odio, envidia, malicia, sensualidad, engaños, además de todos los otros implementos del mal.
Aparte del lote había un instrumento de aspecto inofensivo en forma de cuña, muy gastado y cuyo precio era más alto que todos los otros.
Alguien preguntó al diablo cómo se llamaba ese instrumento: -Desaliento, fue la respuesta "¿Por qué es su precio tan alto?" Le preguntaron. Porque -replicó el diablo- ese instrumento me es más útil que cualquier otro; puedo entrar en la conciencia de un ser humano con él cuando todos los demás me fallan, y una vez adentro, por medio del desaliento, puedo hacer de esa persona lo que se me antoja.
Está muy gastado porque lo usa casi todo el mundo. Como muy pocas personas saben que me pertenece lo puedo usar continuamente para lograr mis propósitos.

Pero el precio por el desaliento es tan alto, que aún sigue siendo propiedad del Diablo.


Nada produce en las personas una sensación tan fuerte de desasosiego como el desaliento. Escuchar, a veces de parte de personas que uno quiere, a las cuales les es leal a pesar de todo, argumentos muchas veces infundados (producto generalmente de temores propios de quien los emite), que tratan de derribar los proyectos que con tantas ilusiones imaginamos, es terrible y desvastador. Y es que muchas personas proyectan sus miedos a todos cuantos hay a su alrededor, desalentando ideas y proyectos, y dejando nuestro espíritu con una sensación de vacío difícil de describir. También hay quienes desalientan a otros tratando de evitar que progresen, por no sentirse inferiores o por mezquinos intereses personales.
Es muy destructivo, frustrante y puede dejar secuelas de por vida, asignaturas pendientes que quizás nunca puedan concretarse.
Y así, esa persona debilitada en su espíritu, puede terminar en cualquier cosa.
Es, sin duda, el desaliento, la mejor herramienta del diablo.
Porque debilita el espíritu y la voluntad de una persona, dejándola más facilmente a su merced.
No escuchemos a quienes sin exponer argumentos consistentes nos hagan ver negra nuestra realidad. No permitamos que nadie intente contagiarnos sus miedos.
Y por sobre todas las cosas, cuando planifiquemos algo, y veamos ese proyecto radiante y lleno de luz, no permitamos que ninguna sombra ajena eclipse todo el sol que lo ilumina....

Te ha ocurrido??....

2 comentarios:

Paus dijo...

Weeena Dani!
asi q tb tienes blog...
espero q sigas escribiendo cosas interesantes, cosas que siempre son bueno compartir con los demás...

me gustó esta reflexión sobre el desaliento... es cierto, es peligroso, principalmente porque creo que es muy fácil caer en él, sin darnos cuenta... a veces nosotros mismos somos quienes frustramos nuestros planes, perdiendo la fe y la esperanza.

lo bueno es que creo que día a día, en mi caminar como cristiana, si estoy atenta, puedo ver y confirmar que el Dios que guía mis pasos sin duda es un Dios de cosas imposibles, y siempre sorprende con las cosas que hace. Eso me ayuda a no desesperar, a seguir confiando, seguir esperando, seguir soñando, y seguir tratando de llevar a realidad esos anhelos.

un abrazoT dani.
a ver si nos vemos en las vacas! (si, tengo ganas de ir a sn feña)

pàsate por mi blog :)

Anónimo dijo...

"Esa persona debilitada en su espíritu"
Una persona débil de espíritu es un vacío inexorable...
Liberar a una persona de esa debilidad es una labor gigante, aun así, no creo que la solución sea aislarse de esas personas, tal vez tender una mano de esperanza le llene el alma y asimismo, también nos ayude a nosotros mismos.

Espero las fotos!.
:)

Hoy en la tarde averiguo si puedo sacar el pasaporte en Talca, ojalá así sea, y si no puedes acompañarme a Rancagua, no hay drama, ok?.

TQM.